Terapia con enfoque humanista ¿qué significa?

Por Laura Valdés Cruzatt

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Cuando realizamos una búsqueda de psicoterapia cada vez se hace más común que se mencione el enfoque desde el que se realiza la psicoterapia y es posible que no conozcas las diferencias entre ellos y cómo puede influir en la manera en que se trabaja e incluso algunas veces, marcar la pauta de la duración del proceso psicoterapéutico.

Cuando hablamos de “enfoque” nos referimos a la teoría que está a la base del trabajo de psicólogues los cuales tenemos diferentes maneras de ver al ser humano, por qué o cómo surge el sufrimiento o malestar y cómo desde nuestra disciplina se puede trabajar en torno a el. Entre esos enfoques se encuentran, por ejemplo, psicoanálisis, cognitivo conductual, sistémico y humanista de los cuales derivan, como ramas de un árbol, otros varios enfoques o surgen de ellos herramientas específicas.

Conocer y diferenciar los enfoques utilizados en la psicoterapia puede ayudarte a buscar cuál de ellos puede ser más adecuado, cómodo y que te haga más sentido.

En este documento te contaré un poco del enfoque humanista, que es parte de nuestro sello como Centro Loica.

Orígenes históricos

La terapia humanista o con enfoque humanista tiene sus inicios en Estados Unidos como un movimiento posterior a la segunda guerra mundial, que se genera principalmente en el mundo académico con grandes discrepancias a los modelos existentes de la psicología en ese momento: psicoanálisis y conductismo. En las críticas de este movimiento hacia esos modelos estaba la visión de que simplificarían al ser humano, reduciéndolo a conductas y nociones biológicas, como un ser que sólo reacciona a sucesos que le ocurren. El movimiento humanista abogaba por un potencial intrínseco que tendríamos como seres humanos hacia desarrollar nuestro potencial, con una fuerte necesidad de autorealizarnos y trascender, más allá de nuestra biología y nuestra conducta, sin negar dichos conocimientos.

Hacia los años 60, mientras ocurría la Guerra de Vietnam y en pleno apogeo del movimiento hippie y la revolución sexual, lo que inició como un movimiento se posiciona como un tercer modelo de la psicología llamándola “la tercera fuerza”, integrando nuevas visiones y conocimientos en torno al ser humano y también nuevas herramientas y formas de trabajo.

De sus precursores podemos encontrar a Abraham Maslow, Carl Jung, Erich Fromm, Wilhelm Reich, Fritz Perls y Viktor Frankl, entre otros.

¿Qué es la terapia humanista?

Si bien no hay un modelo único, se basa en mirar a la persona como única, irrepetible e integral, en la cual “está contenida la sabiduría necesaria para alcanzar el estado de salud óptima” (Kalawski et al. 1996) que fue lo que Rogers llamó “valoración organísmica”. Ello implica la capacidad de desarrollarse, reorganizarse y tender de manera innata a la autorrealización. Se consideraba al psicoanálisis como un conocimiento en torno a la “anormalidad” o a la enfermedad, con tratamientos y técnicas orientadas a sanar aquella enfermedad. La mirada de la psicología humanista es potenciar al ser humano más allá de no estar enfermo, integra como meta promover su desarrollo de modo que la persona pueda estar en coherencia consigo mismo.

Esta visión del ser humano implicó cambios en la forma que se relaciona terapeuta y paciente, donde inicialmente se buscaba una relación más lejana, jerárquica con quien realiza la terapia, basada en un modelo médico donde cuenta con expertiz y conocimiento acabado del ser humano. La terapia humanista comenzó a reemplazar el concepto de “paciente” por “cliente”, para dejar atrás el carácter “pasivo” de quien consulta volviéndo no parte del proceso sino al centro de la terapia.

Por otro lado, se empezó a trabajar más con el cuerpo, el movimiento, la dramatización y también buscando conocer o entender el malestar desde las sensaciones del cuerpo.

¿Qué puedo esperar de un/a/e terapeuta humanista?

Si bien desde todos los enfoques teóricos se busca ofrecer un espacio de contención y seguridad, quienes trabajamos desde este enfoque solemos ser más cercanos tanto en la forma de comunicarnos como de relacionarnos con quienes consultan. Es posible que te saludemos con un abrazo, que ofrezcamos algo para beber mientras estamos en sesión, que te preguntemos si necesitas alguna manta cuando hace frío, mayor ventilación cuando hace calor, entre otras cosas.

Nos preocupamos por el cuerpo y cómo este se manifiesta, ayudando a relacionar estos malestares físicos con las emociones guiando a quienes nos consultan hacia un camino de autoconocimiento.

En ese contexto es posible que haya sesiones donde se invite a quien consulta a realizar experiencias guiadas, de movimiento, de respiración y/o que se sugiera alguna actividad que incluya el movimiento como practicar algún deporte, yoga, pilates, bailar o acudir a grupos de biodanza, entre otros.

Algo importante que debes saber…

Desde Loica no creemos que el enfoque humanista en psicoterapia sea “mejor” o más “correcto” que otros enfoques, sino más bien que pueda ser más cómodo o adecuado a cierto tipo de personas, y eso dependerá de la personalidad de cada une y sus necesidades.

Es por ello que nos interesa contar y explicar qué es y qué implica iniciar una terapia psicológica desde este enfoque teórico, también que puedas informarte y conocer otros enfoques terapéuticos para poder decidir la forma de trabajo que se adecúe a tus intereses y necesidades

Bibliografía

  • Kalawski, A., Celis, A., & Sepúlveda, P. (1996). La psicoterapia humanista y transpersonal: orígenes y conceptos fundamentales. En A. Celis (Ed.), Humanismo, espiritualidad y psicoterapia (pp. 19-45). Santiago: Transformación.